PASEO POR LA CIUDAD DE LOS ESPEJISMOS

Publicado en por Miguel Prado

En su camino por el campo de la literatura, Leonardo Pereira Meléndez, hace una estación temporal en el ensayo, siendo este género literario un poco complicado por el dominio informativo que se debe tener. Desde que el escritor siente necesidad de expresar su punto de vista sobre alguna situación en especial, el ensayo forma parte de esa herramienta.

Su actividad en esta materia se mantiene fiel a un ejercicio cotidiano que se ampara de manera práctica en las publicaciones periódicas, la prensa y las revistas literarias: forman parte de esta misa. Este joven escritor no duda en momento alguno de dar su juicio crítico sobre los objetos de conocimiento, él se mantiene fiel a las andanzas de Luis Beltrán Guerrero, Guillermo Morón y Juandemaro Querales. Sobre la visión del ensayo, el último de los nombrados nos manifiesta.

“El ensayo visto como aventura fascinante del pensamiento, es en el mayor de los casos cultivo de muy febriles talentos, los cuales validos de un piso tan firme en el campo de la vastedad del conocimiento, se atreven a indagar y a sentar criterios que enriquecen los lenguajes sistematizados en leyes atinentes a toda ciencia”. (1).




En esta visión de Querales podemos encasillar a Leonardo Pereira Meléndez, el que pasa su existencia hablando con el reflejo del Diablo de Carora Hermes Chávez, la de la ciudad escandilante y la cual parece levantar hilachas de fuegos del piso como si se tratara de una urbe visitada por Marco Polo, que se magnifica con las semblanzas del “Merlín” de Barrio Aparte, inventariando los mitos, hasta hacerlos perpetuarse en nuestra memoria. Desde esta óptica arranca su itinerario para indagar sobre el uso formal del lenguaje; apoderado de su material investigativo para desmembrar textos y darle una perspectiva personal.

“Suele hacerle una distinción entre las tareas del crítico y de las del historiador literario, y en esas ocasiones la distinción se traza entre investigación del pasado e investigación del presente, como entre, por una parte, la investigación objetiva de una obra dada, de su lugar en la trama social, y de su influencia en la vida social -en el caso del historiador literario- y por la otra, la valorización de una obra dada desde el punto de vista de sus méritos y defectos formales o sociales – en el caso del crítico” . (2)

El compromiso de algunos de sus temas, los cuales se remiten sobre premisas de aparatos conceptuales, no rayan en elogios complacientes. Leonardo Pereira Meléndez genera un discurso sin pasiones ideológicas. Esto frecuentemente forma parte del fomento de la tradición literaria, donde los comportamientos reflexivos tienen mucho que ver con el empleo social del conocimiento, en esto se suma el fomento explicativo de las situaciones dialécticas vertidas en las obras literarias. La práctica del ensayo requiere constancia y dedicación, en esto no se duerme Pereira Meléndez.

Hay que aclarar su inclinación hacia la investigación sobre la poesía actual, tiene como medio de significación el proceso de la textualidad, donde la tematización es vinculada al ejercicio ideológico crítico como pauta global. Su juicio personal sobre el acto poético se pone en evidencia cuando nos da una visión circunstancial con un criterio de valoración:

“Cuando se escribe un poema, se amamanta la luna, y la acción sobrenatural del espíritu, transpira en cada palabra que brota de los poros del alma” . (3)

Lo cierto es que Leonardo Pereira Meléndez se acerca al perfil del escritor integral, ese el cual se emparenta con Fernando Soto Aparicio, Jorge Luis Borges y el mismo Ramón Querales en el caso nuestro de la literatura venezolana.

La cosmovisión de este escritor trata de detallar la lengua vigente del decir poético, sin importarle la altura del creador literario; no siendo una tarea tan simple, pues podemos ver la alta variedad de poetas diseminados por toda la geografía latinoamericana y el cambio que se aprecia en las distintas tendencias y modas en el campo de las letras.

Los planteamientos puestos en el tapete, con economía estructural y sin sombras formalistas, serán muy importante en su labor reflexiva de visionario del ensayo, a través de una dimensión lógica agradable al oficio de la lectura. Con esto tratamos de decir que Leonardo Pereira Meléndez milita en una elaboración fática del ensayo como una verdadera obra crítica.

__________________________ 
1 Querales, Juandemaro. Festejos (Aproximación crítica a la narrativa de Guillermo Morón). Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1989.
2 Lunacharski, Anatoli. Tesis sobre los temas de la crítica marxista en la Gaceta de Cuba, Nº 112, p.27,
mayo-junio. La Habana, 1973.
3 Pereira Meléndez, Leonardo. Corte de Apelaciones. Editorial Berkana, La Victoria, 2000.

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